El otro día, hojeando la guía, me di cuenta de lo afortunados que somos los escaladores, de la cantidad de vías que tenemos en nuestros muros (y ya no digo si sumamos las de las zonas cercanas) y del montón de rutas de escalada que pueblan cada muro. Pero también me di cuenta de lo egoístas que parecemos muchas veces. Esas vías que disfrutamos, que encadenamos, que publicamos en las redes sociales, que apuntamos en los cuadernos, son el fruto del trabajo de muchas manos. ¡Gracias equipadores!
En la piel del equipador
Desde el momento que haces algo como equipador, ya es algo bueno, y tienes derecho a equivocarte todas las veces que sea. Si haces algo mal, lo puedes cambiar. Como escaladores solo tenemos que informar.
Lo más normal es pensar que la seguridad depende del número de seguros que se pongan. Todos vamos al límite en cada movimiento y queremos que esté ahí ese reluciente parabolt. Al igual que iríamos más seguros con un Hummer por la carretera, no todos llevamos uno… En la misma línea, yo le podría recomendar lo que podría meter en el carro de la compra: vino Ribera, jamón de Jabugo, percebes, etc. Y que pagase otro a la salida.
Es decir, equipar una vía es, además de una inversión de tiempo y trabajo, un desembolso económico, por lo que no pidamos la excelencia en cada vía, con un seguro en ese movimiento que nos da repelús, un flamante descuelgue con doble mosquetón o limpia hasta la última cascarilla…
La escalada deportiva es un brillante juego que nadie podría disfrutar si alguien no hubiese equipado antes cada una de las vías que jalonan nuestros muros. Antes, si no equipaba, no se escalaba, ya que apenas existían vías abiertas.
Javier Arnaudas «Seta» fue activo equipador desde que creara su primera vía allá por el año 1982.
Valoremos el comienzo
Cuenca nació como zona de escalada deportiva a finales de los 80, hoy por hoy tiene tropecientas vías y se sigue equipando de manera sostenible, algo que me parece fantástico y que hace que la motivación sea indestructible.
Pero, todo esto comenzó con los machacas que se arriesgaron con esta zona nueva, donde no había camino, nada para calentar, ni para escalar a vista, ni vías duras… ¿A quién convences para que vaya a escalar allí? ¿Quién sacrifica un día de escalada en una zona así?
Los escaladores somos muy fanáticos y queremos exprimir nuestro tiempo escalando 💀… Valoremos el trabajo de aquellos equipadores, de los que vinieron después y de los actuales —que han desarrollado muros como Portero, Juego de bolos, la Zarza, o equipando nuevos muros, como el contiguo al Bolo—, que de manera sostenible siguen con un compromiso constructivo. ¡Gracias a todos!
Y los reequipamientos
Las personas que reequipan tienen el cielo ganado. Es lo más 😃.
Ahora es cuando tocaría un botón de 😋DONATIVO, pero no es la intención, pues sé que los equipadores quieren sentirse libres de equipar cómo y dónde quieran. Lo que sí hace esta guía es comprar material para reequipar vías y lo hace con colaboración de la aplicación AlertaChapa.
Nos vemos a pie de vía.